37.

Una vez más la vida me enseña algo más, hace dos días me volvieron a decepcionar, no importó nada, ni las palabras, ni la amistad, ni nada sirvió en el ser humano, un alguien que promete pero luego llega ese vacío del alma, egoísta y putrefacto que tanto detesto de quien escupe palabras en las que creo, con las que cuento y confio, pero volvió el destino a jugarme una mala pasada y ahora vuelvo otra vez a la búsqueda tan cansina como insólita de mi alma, enjugando con mis lágrimas los perdones que dejo volar sin pena ni rabia, porque el amor que siento hacia mi semejante no tiene precio, ni tiempo, ni estación de invierno...

Aquel día me moría por dentro, esa vez no agarre mi pequeña hoja cortante y fría, sino que mi mente auto destructiva me llevo en plena noche a dirigirme hacia la cocina y agarrar un cuchillo con el que, ese mismo día cortando ensalada me hizo un corte sigiloso y fino en mi mano, me dirigí a la ducha, lugar íntimo donde la auto destrucción se apodera de mí, ese lugar donde mi mente dañina hace conmigo lo que quiere y desea para así, de una vez por todas poder conciliar el sueño con algo de tranquilidad y alejar el dolor y la desesperación que me inunda por completo y hace de mí un despojo humano. Estuve sentada, con el cuchillo en mi mano y apretándolo contra la piel de mis piernas, en ese momento vi pasar por cada poro de mi piel, como si de un hilo negro se tratara y se dispusiera a zurcir todas las decepciones que en mi misma he sentido cada vez que he llevado acabo tal acto, miré a la vez mis piernas, que por lo contrario de mis muñecas no tienen la buena cicatrización que hacen que ese lado agonizante de mi interior, sea invisible para todos, todavía tienen las lineas blanquecinas de mi ultima caída y después de estar un buen rato llorando desconsoládamente con el cuchillo entre mis manos, viendo como ya he dicho pasar todas mis miserias, me levanté y dejé el cuchillo a un lado, no lo hice!!

Y aunque vuelvo a dudar y vuelve a dolerme que las pocas personas de las que hoy por hoy confío, vuelvan y me decepcionen y aunque siento una gran tristeza dentro de mí sorprendentemente estoy serena, coherente y con las ideas mas claras que nunca, quiero creer que ganar por primera vez la batalla de mi auto destrucción tiene mucho que ver con esta serenidad tristemente alcanzada, y es que ese día decidí que no quiero volver a hacerme daño, comprendí que para eso ciertamente, ya están las personas que me rodean y las que seguramente están por aparecer, porque entonces causarme aun más daño?, para que volver a caer en esa espiral de profundidades tenebrosas con espejos que desfiguran mi propia imagen ya altamente maltratada por la sociedad?, ciertamente es ahora cuando creo, que de verdad todo tiene su límite y que, lo que creí en un tiempo imposible en mí, ahora lo veo totalmente posible, ese día desesperada hice una pregunta a alguien.... es posible que una persona merezca tantas tristezas en la vida? no me supieron responder....

Por lo tanto, creo que llegó la hora de hacer un pequeño viaje al pasado, siempre digo que es bueno para no olvidarnos de quienes somos y en quien nos convertimos o convertiremos, el resumen de mi viaje es:

-Una madre que no solo mal trató mi cuerpo, sino también mi mente, me dejó sin infancia y destruyó mi adolescencia, y alejó de mí la luz que una vez tuve la oportunidad de obtener al lado de mis monjitas.

-Hombres, hombres que abusaban de mí, robándome lo poco que me quedaba de dignidad y de persona.

-Amistades, muchas de ellas que han utilizado mi bondad para traicionarme y llevar sus peores actos egoístas.

-Un camino de caricias varoniles que nunca me llenaron por mi falta de conocimiento en el mundo homosexual.

-Caricias femeninas que me llenaban, pero que de un modo u otro me han hecho mucho daño, utilizando tretas para causar estragos en mi conciencia.

-Y por último promesas que se diluyen en el tiempo, algunas porque la rueda del tiempo así lo ha decidido, otras porque yo misma lo decido.

Porque ¡Si! no soy perfecta, cometo errores, me caigo y me levanto, pero soy una persona que valgo la pena, que lucho, y siempre guardo en mi corazón algo bueno de todo lo sucedido, que no me arrepiento de haber dado ni si quiera una caricia, incluso a quien no se la merecía, porque si lo dí, lo dí de corazón, y de eso nunca me voy a arrepentir y me siento orgullosa de mí, porque a pesar de todo me doy cuenta que con la única persona que cuento, es conmigo misma, por lo tanto aunque las heridas que abren las personas sigan supurando, aunque me intenten tachar de mentirosa, de hipócrita, y me coloquen en una balanza... tengo mi conciencia tranquila, no con los demás, sino conmigo misma, y a partir de ahora sé que no me queda nadie alrededor, pero también sé que aquellas personas que se queden o vengan, serán realmente dignas de mi persona.

Besos a todos y una vez más, gracias a todos por vuestras palabras de apoyo, de consuelo y de grandes consejos.
Gracias de verdad.
Yoyo