22 de abril de 2009

Carta "02"

Hola madre,
Como ves aquí la segunda de mis cartas, he estado pensando desde que te escribí la primera de las cartas, como o que contarte de todos los recuerdos que a lo largo de mi vida me has entregado, así pues, voy a contarte otro de esos recuerdos que tanto duelen.
Empiezo… recuerdo que vivíamos todavía en la casa de al lado de la sastrería de los abuelos, y que era el cumpleaños de David, nuestro tío, que viene a ser tu hermano, y los abuelos para que fuéramos más niños nos dijeron que invitaban a los niños del internado, lo cual es un dato significativo y deja claro de que ya estábamos viviendo de Lunes a Viernes con las monjas, a lo que es lo mismo, que ya te habían quitado la custodia de tus tres, en ese tiempo, únicos hijos. Bien, recuerdo que la yaya estaba preparando sándwiches, mientras todos los niños jugábamos a todo lo que se nos ocurría, estábamos casi todos, tus hermanos pequeños, Tatu y David, mis hermanos y yo, del internado habían venido, Rosi, Montse, Xavi, Alfonso, Manolo, David, Mónica, Josefina, Paquita con ella hablábamos lenguaje de signos, te acuerdas?? creo que por eso he querido hacer ese curso, para recuperar algo que tuve en ese tiempo, bueno creo que no faltó ninguno, también estaba tu otro hermano, nuestro tío Juan, que en ese tiempo creo que contaba con 16 años de edad sino más, entonces, entre juego y juego, uno de los más grandes dijo: -Jugamos al escondite? .- y todos asentimos con gran regocijo pues la casa era bastante grande y habían muchos escondrijos donde hacer de ese juego algo más que interesante, así que le toco parar, a Marcos
(1), me acuerdo que al ser de las más pequeñas nadie quería esconderse conmigo, pues decían que no estaba quieta y les descubría, me iba a un lugar y ya había alguien escondido y me echaban, mientras tanto iba escuchando a Marcos contando y mis nervios cada vez iban en aumento, porque no quería que terminara y me descubriera la primera, pues sabía que me sería imposible ganar a los demás y me quedaría siempre la última, así pues me dirigí al pequeño recoveco de debajo de las escaleras que dirigían al terrado, había una cama porque ahí era, donde el rebelde de nuestro tío Juan se había hecho una alcoba para alejarse de sus padres y que no le molestaran, cuando entré estaba vacío así que me dispuse a esconderme agazapada encima del camastro, pegada a la pared donde el principio de la escalera no dejaba espacio casi ni para levantar la cabeza, entonces, cuando no hacia ni dos minutos que estaba allí, escondida y cruzando los dedos para que mi hermano no me encontrará, pues a lo lejos ya se le escuchaba buscándonos a todos, fue entonces cuando entró Juan, me hizo una seña de silencio y yo empecé a temblar, ya que de sobra sabía lo que iba a suceder, simplemente porque no era la primera vez que ocurría… entonces me hizo tumbarme, se dispuso a colocarse encima de mi pequeño y casi anoréxico cuerpo de niña y me tapó la boca, en ese preciso instante mi hermano subía por las escaleras y miro a través de los escalones, y al ver tal posición de nuestro tío sellándome la boca, fue corriendo a decirlo a los abuelos y a ti, madre mía, entonces, Juan me dejó repentinamente y salió corriendo tras él, supongo que para alcanzarlo antes de que llegara al salón, pero mi hermano fue más rápido… mientras eso sucedía yo me sentí feliz, pues mi martirio terminaría, en ese momento no me sentí con miedo por las tantas amenazas que Juan me había dicho, ya que yo no lo había dicho, sino que él solo se había descubierto, entonces salí del recoveco acomodándome mi ropita, entonces… mi felicidad se truncó al llegar a ese salón y al descubrir que tú, mi madre, como una loca poseída llena de rabia y odio se tiraba encima de mí, y empezaba a sacudirme como si de un trapo se tratara, pegándome y dándome patadas, puñetazos y escupiéndome insultos que ni yo misma conocía, tanto fue el odio que descargaste ante mí que ni la yaya pudo u obtuvo fuerzas para detenerte, me sentí destrozada porque no entendía el porqué de tus palabras y palizas, me decía a mi misma que como podía ser que me llamaras puta y que solo iba provocando, que era una desgraciada y que merecía morir por hacer esas cosas, a mí, a tu hija, una niña de apenas 7 años, a partir de ese día supe que seguiría viendo entrar por la ventana de mi habitación a ese inhumano que me decían que era mi tío pero que yo solo veía como un monstruo, y tal como supuse así fue, la pesadilla con mi tío solo termino cuando por fin llegó un fin de semana en que las monjas nos dijeron que te habías ido del viejo caserón, el viejo caserón de al lado de la sastrería, pero sabes, esta clase de pesadilla la tuve en otra ocasión pero esa vez fui lo bastante mayor (14 años) para negarme, aunque eso me costó que me dejarán tirada en medio de un descampado y que al llegar a casa muy tarde por haber tenido que volver sola y caminando, me volvieras a maltratar y a magullar una vez más mi alma.

Hasta aquí llego madre, porque mis lágrimas no cesan escribiendo estas palabras….

Tu hija la desconocida

“Madre no hay más que una, mas cuando esta falta, entonces se convierte en un vacio perpetuo del alma”
(1) Mi hermano mayor

7 comentarios:

  1. Cuanto dolor Yoyo.
    Me has recordado a mi, pues cuando tenia 4 añitos, me ocurrió lo mismo, pero mi madre nunca se enteró, acabó cuando esa persona volvió a su tierra, pues estaba cumpliendo el servicio militar.

    Debemos salir de todo esto Yoyo, y ser fuertes, aunque nos cueste, pero tenemos que encontrar la felicidad, que nos merecemos.
    Y tu eres una mujer especial, no te vengas abajo.
    Recuerda que hay mucha gente que te quiere, aunque tu madre te de la espalda. A veces son los extraños los que nos dan mas cariño que la propia familia, de eso no tengas dudas.

    Un besito cielo.

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  2. Me dejas la sangre helada y una sensación de dolor intenso que no soy capaz de expresar en palabras.

    Un beso, amiga.

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  3. Mi niñaaa cuánto dolor te han causado.

    De verdad lo siento tanto.

    A veces nos quejamos de tonterías y leyendo algo así...

    Un beso muy fuerteeee.

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  4. Tus cartas hielan el alma, preciosa.
    No sabría que decirte, pero si has llegado aquí y poder escribir esto, sólo sé decirte que eres muy fuerte, mucho...

    Sigue subiendo escalones, hacia arriba siempre.

    Mil besos.

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  5. Hoy estoy demasiado débil para decir algo coherente que pueda animarte, he pasado dos días casi enteros en cama por una migraña, y la verdad es que este escrito me ha sacudido de mala manera... Ha sido peor que la propia migraña, pero te voy a decir lo que pienso, sin más...

    No sabes la de cosas que tenemos en común, y me duele que tú también hayas tenido que pasar por algo así, pero, ¿sabes qué? que nosotras demostraremos con cada paso, con cada sonrisa, con cada guerra ganada... que somos mucho mejores personas y que valemos mucho más que cualquier hijo de puta que intente jodernos la vida (y aquí hablo por tu tío y por tu madre o cualquier otro que lo haya hecho).
    Nos levantaremos de nuestras cenizas como el fénix y demostraremos que todo eso nos ha dado aún más fuerzas, más experiencia y mucha más humanidad.

    (Imagínate la indignación que me ha producido esta carta, que hasta me ha hecho escribir palabrotas, cosa que no suelo ni decir ni escribir...)

    Siento mucho que tuvieras que pasar por aquello, pero ahora tú puedes coger las riendas de tu vida y vivirla como de verdad te mereces.
    Eres un ángel, y te quiero mucho, vale?

    Por otro lado, has sido muy valiente al contarlo y sacarlo de dentro de ti.

    Te envío el abrazo más grande, más fuerte y más caluroso que nunca antes he enviado a nadie.

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  6. Me hiciste derramar una lagrima, me ocurrió algo parecido...
    Siento mucho ver la cantidad de personas que se sienten identificadas por este tipo de conducta. Sé que es doloroso, pero sé que eres fuerte ;)

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  7. QUE VALIENTE!!! Yoyo el mero hecho de contarlo es un gran paso.Sigue limpiandote por dentro para poder coger las riendas de tu vida y llegar hasta donde tú quieras. Tienes mucha fuerza gentro y eso se nota al leerte, debes utilizarla y llegar hasta el final.
    Una lanza a favor de tu madre: Piensa que todo el daño que te haya podido hacer es sólo la consecuencia de lo que le pasó a ella.No la culpes, perdonala.
    Un saludo

    Animo

    LUCY

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Gracias por regalarme unos minutos de tu valioso tiempo.
Besos
Yoyo