25 de febrero de 2009

9.

Aquí de vuelta, aunque sin cambios internos, sorry :(

He intentado renacer de las aguas turbulentas en las que navego, pero he tomado la firme decisión de aceptar lo que soy, un saco de huesos al que continuamente hiero, sé que no es la mejor de las formas de vivir, pero al fin y al cabo, quien dice que vivimos? me he pasado la vida luchando contra mis penurias, el dolor, la angustia, sacando las sonrisas de un saco ajeno y ahora se terminaron, porque no aceptar que soy auto destructiva? porque le cuesta tanto a la gente aceptar las cosas tal como son? pienso que uno ha de dejar liberadas sus miserias para poder respirar de algún modo, aunque eso suponga ir en contra del pensamiento y sentimiento de las personas que nos rodean, a fin de cuentas, quien nos da el aire para respirar??? nadie... yo me lo he dado a mí misma, y por primera vez siento que respiro, que tengo algo de oxigeno que me pertenece a mí y solamente a mí, aunque este sea grisáceo y dañino, nos pasamos el tiempo juzgando el hecho o el dicho, y desisto ante la idea de hacer feliz a las personas, eso de darles una sonrisa aunque me muera por dentro por el simple hecho de que si me ven llorar no les hace bien, recobrando el aliento cada vez que la soga de mi cuello me apretaba, simplemente porque ellos entonces, sufrirían por mi estado que continuamente amanece agónico, cometo errores como tantos lo hacemos, y veo dedos continuamente apuntando hacia mi dirección, soy culpable de muchas cosas pero de muchas otras cosas no, tengo dudas, miedos y desesperanzas a caudales pero por ello, me niego rotundamente a que el tribunal superior me condene, todo tiene una razón de las cosas, y nos guste o no y/o estemos equivocados o no, están ahí, que tal si buscamos dentro del saco de los porqués para hallar las respuestas? no! ese saco hiere, si metes la mano saldrás mal herido y que hago yo? meterme por entera y sacudir mi cuerpo para amortiguar el golpe que los demás sufrirían por amor, y de verdad no me importa, me acostumbre a ocultar las heridas bajo el cuero de la vida.

Yoyo

14 de febrero de 2009

Carta "01"

Hoy empiezo una serie de cartas dirigidas a mi madre, estas cartas serán enviadas a su destinataria por correo ordinario, y como prueba de lo que le dejo dicho en ellas y para evitar que sean manipuladas las mismas y que pueda ella utilizarlas a su vil antojo, las iré publicando en este espacio bajo la etiqueta de “Cartas a mi madre”. Estas entradas si queréis no hará falta que hagan comentario alguno, o si por lo contrario queréis dejar vuestro comentario también estará permitido, con esto quiero decir, que no son prohibidas, porque si no, obvio!!! no las colgaría en el blog. Aquí empieza mi odisea…
Por mi y por darme una oportunidad de vivir en paz.

Hola mama,

Como ves he decidido darte una última oportunidad para hacerme conocer ante tus ojos, esta no será la primera ni la última de las cartas que recibirás y me gustaría que, las leyeras una a una con atención y desde el corazón, necesito desesperadamente decirte cuánto dolor hay en mi alma, necesito hacerte ver como soy y demostrarte lo que tantas veces he intentado con palabras y que por desgracia siempre, ese intento ha resultado ser un fracaso, necesito que me veas como la persona que soy y no como alguien ajeno y de la que crees que te odia, exijo en forma de súplica que contengas tu yo interno, ese yo arrebatador, doloroso, egocéntrico, mártir y que tanto rencor lleva dentro, y abras un poco los horizontes a esta persona que crees desconocida, pero que en realidad es tu propia hija, por favor te ruego que no tomes a mal lo que te digo, pues te juro por la memoria de mi bisabuela, que lo último que deseo es herirte, sé a ciencia cierta que habrán muchísimas cosas que te dolerán, pues naturalmente la verdad duele, pero piensa una cosa, que nos queda al final de todo, si no la verdad, y solamente la pura, simple y dolorosa verdad?

Mama, llevo una vida entera preguntándome un sinfín de porqués y de cómos, que se me ha degollado el alma a fuerza de agarrarme a la cuerda de los imposibles, un día siendo pequeña, no recuerdo la edad, porque muy a mi pesar tengo mi vida, en la cabeza, como hecha de viejas fotografías como rompecabezas todavía por componer, descubrí sin saber cómo ni el momento exacto, que tu no me querías y ese día fue el comienzo de una batalla infinita de la que estoy empezando a enterrar las armas, pero antes no quiero tirar la última de mis armas que no son más que mis letras, ya que ellas siempre han estado conmigo desde que decidí intentar conseguir de ti algo de comprensión humana y el amor, ese amor que veo en los ojos de muchísima gente, el amor de una madre.

Empezaré por algo que no te gustará, pero debo de hacerlo, si quiero sincerarme contigo desde las profundidades de mi ser. Durante muchísimos años, tenía una de esas fotografías viejas en mi cabeza, me veía yo de niña, con un vestidito blanco con flores amarillas y llorando, mi abuela, tu madre, esa de la que tanto has renegado, agachada de cuclillas y abrazándome, a nuestro lado, el padri gritándole a alguien, muchos años pasaron hasta que averigüe que había sucedido en esa vieja imagen de mi cabeza y a quien gritaba el padri, como endemoniado. Resulto ser, que la yaya y el estaban en su casa “la sastrería”, recuerdas la casa de la calle Castellar del Vallés? yo sí, y la sastrería de ellos, las dos viejas, de ladrillos marrones, de paredes de piedra y de arena, bien pues ellos como todos los días trabajaban en su quehacer diario con las telas, y de repente, PUM!! se escuchó un estruendo proveniente de la casa continua, o sea la nuestra, corrieron para ver que había pasado y como abuelos que eran y guardianes de su alocada pero querida hija, tenían llave de la misma, así que se dispusieron a entrar y descubrieron en el pequeño rellano de suelo arenoso de las escaleras que llevaban a las habitaciones de la segunda planta, a una niña, a su niña y querida nieta que no contaba ni los dos años de edad, tirada en el suelo del mismo, llena de quemaduras de cigarros en los brazos, moratones y sollozando de una manera incontrolable, que había sucedido? en un ataque de no se sabe qué ni el porqué, su madre la había lanzado escaleras abajo después de haberle marcado la piel con el odio, el rencor y el desprecio del cual no se despegaría hasta muchísimos años después o incluso, nunca. Se supo también que el padri, le gritaba a esa madre la cual, sentada indiferente en el sofá, se fumaba un cigarro para calmar “sus nervios” mientras escuchaba como la amenazaban con arrebatarle esa niña si volvía a suceder algo parecido, acto seguido, la abuela con el cariño y la paciencia propia de las mismas, curó las heridas de los brazos y del cuerpo de la niña.

Al saber el significado de esa imagen desdibujada en mi cabeza, entre en una depresión muy fuerte, para mí fue un shock descubrir que mi madre, desde la más tierna de las edades, ya no me amaba, el porqué? No lo sé….

Madre, crees que algún día podrás explicarme, que pasó o el porqué de ese acto, tan impropio de una madre? No quiero explicaciones, me conformo con saber tu sentimiento del momento, quizás logre entender tanto dolor, y así poder descansar de tanta batalla.

Hasta aquí mi primera carta, mi primer resquicio de tantos sentimientos ocurridos, de tantos recuerdos y de tanta soledad vivida.

Un beso.

Tu hija la desconocida.

PD: El beso de una madre, es como la aurora de una primaveral mañana, hermoso en la más pura de sus esencias y cálido como el primer rayo del alba.

9 de febrero de 2009

Dentro de mí

Quisiera escribir algo alegre, de verdad lo he intentado, por mi, por ella, por Mario que siempre me dice que sea optimista, por todos aquellos que me siguen, pero cada día se me hace más difícil, no sé, es como si hubiera una sanguijuela interna, que estuviera chupándome toda la fuerza que pudiera haber en mí, y me convence y me hace aliarme a sus ansias de aspirarme, y en estos momentos eso quiero….

Quiero meterme dentro de mí, desaparecer entre mis miserias, hundirme en mi lástima, perecer en mi pasado, ahogarme en mis errores, flagelarme en el olvido, llevarme a las profundidades del destierro al que me obligo, al que pertenezco, al destierro de mi propia alma, de mi yo carcomido, arañado, desatendido, mustio, herido, opaco y sin vida…

Quiero olvidar las risas, los buenos momentos, la poca familia que me ama, las manos amigas… quiero desintegrarme en la nada perseguida, quiero hincarme una lanza que me deje apenas con un hilo de respiro, y sentir el dolor, en la más pura de sus esencias, quiero descubrir como vencer, como superar la tristeza, el dolor, la soledad del alma…

Quiero que aunque mi físico deba de caminar errante en una rutina obligada, quiero psicológicamente irme lejos, lejos de lo externo, de lo que me rodea, quiero encerrarme en la cárcel de mis pensamientos, y morder como guadañas mis propias entrañas, quiero borrar mis huellas de existencia y reformar lo trastocado…

Quiero ser la lágrima que cae en estos momentos por mi cara, y sentir el golpe de su caída en mi espalda, quiero ver la sangre saliendo gota a gota de mis venas, quiero dormir abrazada a la angustia de mi interior, y mantenerme alejada de las bondadosas manos que se tienden a mi ayuda, porque yo soy el dolor y quiero alejarme de ellas para no herir ni que hieran mi alma, porque soy la pena ambulante y fantasmal de la que todo el mundo huye, porque por más que lo intente mi felicidad siempre estará disfrazada, porque nada tengo y nada soy…

Quiero quedarme ahí… muy dentro de mí y olvidar lo que un día fui…

Yoyo

7 de febrero de 2009

Dime

Dime que hago con este amor tan grande que por ti siento, dime como lo arranco de mi corazón sin arrancarme la vida, dime como hiciste para meterte en mi alma y zurcir en ella tanta esperanza y ahora este ahora consigue hundirme en la mas ínfima de las miserias haciendo que me cueste volver a esos días donde todo era tan difícil como hermoso, donde todo se veía claro como el sol, quisiera cerrar los pasos errados y anular las huellas de todas las heridas, dime…dime como ahogo estos deseos de sentirme tuya una vez más, sin faltar a la conciencia que carcome el alma. Dime como le digo a mis pensamientos que dejen de buscarte, en cada palabra, en cada gesto, en cada mirada, dime como le explico a mi corazón tu ausencia, dime por favor... como te arranco de mi alma, sin que la muerte, el castigo y la desesperanza, aparezca entre estas mis palabras.
Dime como olvido tus palabras, tu ternura, tus detalles y como hacer que olvidemos tanto dolor y recuperar las rosas que sin espinas vivían en nuestro interior, dime como evito el deseo de escribirte, cuando mis dedos en acto convulsivo recorren las letras de tu nombre, dime como hacerlo sin herir nuestro corazón. Dime como hago para no desear escuchar tu voz y mantenerme intacta en mi soledad, esta soledad que me escucha, vive y respira en mí y que cada día se impregna más en mi corazón y que batalla en la guerra que existe en su interior repitiendo que soy la dueña de tu corazón.
Dime que estas lágrimas dejarán un día de brotar, que volveré a recobrar la paz si es que algún día fue mía, dime que todo cambiará, que ya no dolerán los pies al caminar, ni los dedos al ver las letras llorar. Dime que todo sigue ahí, que nada cambió o simplemente dime que todo fue un hermoso sueño…Y que lamentablemente ya me tocó despertar.

Yoyo